7 historias reales de terror científico

Con la resaca de Hallowen todavía presente en este día de todos los santos, se me ha ocurrido que no hay mejor forma de despertarse que con unas buenas historias de terror. Pero no con esas leyendas infundadas y casos ocultos que podéis ver en el foro, sino unas historias totalmente reales y con una base científica real. Al fin y al cabo, ¿qué da más miedo que la realidad?
  1. Experiencias cercanas a la muerte. Por todos es de sobra conocido este desconcertante fenómeno que hace que las personas que han pasado por sucesos traumáticos tengan unas vivencias comunes, como la luz al final del túnel o la vida que pasa por delante de tus ojos. Ya explicamos porqué se producen estos fenómenos, pero no está demás recordarlo en la noche de los muertos vivientes.
  2. El extraño caso de las hormigas zombis. También es conveniente recordar ha estos pobres insectos, cuyo cerebro es devorado por unos hongos que las obligan a exponerse a la vista de los pájaros para que estos pequeños seres sin voluntad sean devorados vivos.
  3. Criaturas que siguen vivas sin cabeza. Por ejemplo, la actividad eléctrica de las ratas se agota 17 segundos después de separar la cabeza del resto del cuerpo. Sin embargo, un minuto después, comienza a enviarse una señal eléctrica, lenta y prolongada que nos es todavía un misterio. Algunos científicos creen que es el síntoma de la muerte cerebral del ratón, para otros, en cambio, significa que el ratón puede seguir vivo varios minutos a pesar de haber separado la cabeza de su cuerpo diminuto.
  4. ¡El fin del mundo! La ciencia tiene un buen abanico de posibles apocalipsis, a cada cual más terrorífico. Entre ellos se encuentra un gran asteroide que impacte contra la Tierra provocando terremotos y tsunamis en todo el mundo, el cambio climático (los glaciares pueden desaparecer en el 2350, según la ONU), la transformación del Sol en una estrella gigante roja -algo que ocurrirá inevitablemente en el futuro- o una supererupción volcánica, por no citar las destrucciones masivas que puede provocar el insaciable belicismo de la humanidad.
  5. Los hombres que devoraban a los niños. Hace 800.000 años, el hombre de Atapuerca practicaba el canibalismo de forma habitual. No era algo excepcional, fruto de la necesidad por la falta de alimento, ni se produjo de forma aislada por un individuo con extraños hábitos ni se trataba de un exquisitez ritual. Era.... algo normal. Simplemente, la carne humana formaba parte del menú. Aunque esta afición del Homo antecessor, nuestro más antiguo antepasado, a la carne humana ya era conocida, un estudio paleontológico de los restos recogidos en el yacimiento burgalés vino a confirmar las sospechas el pasado año.
  6. La vampira de Venecia. Un equipo de arqueólogos y antropólogos encontró en 2009 en una fosa común de la isla veneciana de Lazzaretto Nuovo el esqueleto de una mujer, víctima de la peste, cuyo cadáver fue profanado por sus coetáneos ante el temor de que regresara de la muerte. El cráneo de la «vampira» tenía un ladrillo en la boca, para que no pudiera morder. En aquella época se creía que la peste era transmitida por vampiros conocidos como los «devoradores de sudarios». Según la leyenda, estos cadáveres reanimados comenzaban a alimentarse de sus propias mortajas, luego chupaban la sangre de los demás muertos, salían de la tumba y atacaban a los vivos. A a luz de la ciencia, los temerosos vecinos confundieron algunos procesos normales del cuerpo (vientre hinchado por la descomposición o un agujero en la mortaja por el efecto corrosivo de los gases y líquidos de la boca) con las señales de un vampiro.
  7. Monstruos y otras criaturasEl cráneo fosilizado de un «monstruo marino de dimensiones colosales», que vivió en los océanos hace aproximadamente 150 millones de años, apareció hace un par de años en la llamada «Costa Jurásica» del suroeste de Inglaterra. Se trata de un pliosaurio que, según las estimaciones de los científicos, medía entre 10 y 16 metros desde la cabeza hasta la cola y tenía un peso de entre 7 y 12 toneladas, por lo que pudo ser el auténtico «terror de los mares» durante el periodo Jurásico. No es el único animal extraño encontrado en los últimos tiempos. Hace unos meses, la revista Science daba a conocer el descubrimiento en Brasil de parte del cráneo y otros restos de un animal que la ciencia no había descrito jamás. Se trata de una criatura que vivió hace de 260 millones de años, antes incluso de que aparecieran los dinosaurios. Tenía el tamaño de un perro grande, muelas en el paladar y un par de caninos de 12 centímetros que salían de su boca..

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