Gordos y viejos

Dicen que la madre naturaleza es muy sabia, aunque a veces parece que no tanto. En ocasiones, encontramos que la evolución nos ha dejado cualidades de dudosa utilidad o ha relacionado cosas que a primera vista no tiene mucho sentido que estén unidas. Es el caso de lo que han encontrado científicos de la Universidad del Sagrado Corazón (Italia), una más que curiosa relación entre la cantidad de comida que una persona consume al día y la velocidad a la que envejece.

Concretamente, estos científicos han descubierto que comer muy poco activa los genes ligados a la longevidad, permitiéndonos vivir más tiempo y con una mejor salud que si comiéramos lo que una persona normal. La culpable es una hormona llamada CREB1, la cual se activa cuando el consumo de alimentos de los mamíferos baja a menos del 70% con respecto a la cantidad normal de alimentos. 

Entre los beneficios de esta curiosa fórmula de la "eterna juventud" no solo está la longevidad, sino que además permite eludir la mayoría de enfermedades asociadas a la edad como lo son el Alzheimer y tampoco se sufre de ningún tipo de diabetes. Así pues, el próximo trabajo de los científicos es conseguir estimular esta hormona sin necesidad de privar de comida al organismo, pues desde luego el no comer tiene muchos más inconvenientes de los que tienen los beneficios de activar este hormona.

Fuente | Muy Interesante

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