El exuberante plumaje de mi dinosaurio

Desde hace años se sabe que los dinosaurios son los descendientes más lejanos de las actuales aves y reptiles. Esas grandes y gigantescas criaturas, gracias al paso de la evolución, fueron cambiando y convirtiéndose en lagartos, cocodrilos, pájaros y palomas. Es precisamente de su cercano parentesco genético de dónde se sacó el concepto de dinosaurio como un gigantesco reptil. Sin embargo, los últimos hallazgos en el campo de la paleontología hacen replantearse a estos seres con un parecido mucho mayor a las aves, y no a los reptiles.

En una excavación en Canadá, un grupo de paleontólogos ha encontrado restos del plumaje de algunos saurios perfectamente conservados en ámbar. Las plumas pertenecían a algún momento del periódo Cretácico (hace entre 99 y 66 millones de años) y se han preservado en perfecto estado gracias al aislamiento producido por la resina de árbol fosilizada. Así pues, este hallazgo nos descubre que, contrariamente a lo que se pensaba, los dinosaurios (al menos una parte de ellos) tenían plumas, y no una piel escamosa como los reptiles. Esto choca claramente con la idea de que teníamos hasta ahora de ellos, y podría suponer un importante cambio en el rumbo de la evolución. 

Pese a que aún queda mucho trabajo y muchos experimentos por hacer para intentar comprobar esta teoría, todo parece afirmar que nuestra idea estaba equivocada, y quizás nunca sepamos con seguridad cómo eran estos gigantes que poblaron la Tierra millones de años antes de que lo hiciera el ser humano...

Fuente | Gizmodo

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