La mancha solar que puede liarla parda

Es la más grande que se ha registrado desde hace seis años y ha sido bautizada con el nada tranquilizador nombre de "Bad Boy" (Chico malo). Y no es para menos, pues tiene la friolera de 80.000 kilómetros de largo y 40.000 de ancho. Sin embargo, el problema de este chico malo no es su tamaño, sino su posición. La mancha solar comenzó a rotar hace unos días tras lanzar una potentísima llamarada de nivel X (para que os hagáis una idea, el nivel X es el más alto) hasta situarse frente a nosotros, es decir, cara a cara con el planeta Tierra.

Si no tubiéramos bastante con eso, la mancha continúa muy activa expulsando llamaradas y radiación sin parar. Según los expertos, existe un 10% de posibilidades de que Bad Boy nos mande una nueva llamarada de tipo X, y si lo hiciera, esta nos golpearía de lleno. Además, existe también un 70% de posibilidades de que emita radiación de tipo M, mucho menos peligrosa pero que también puede hacernos un buen apaño.

¿Y qué provocaría una posible emisión de tipo X? Para empezar, dejaríais de poder leer este blog y todo el contenido de internet, pues se estropearían todos los aparatos electrónicos del planeta, incluso los que estubieran apagados o desconectados. Con casi toda seguridad el campo magnético de la Tierra cambiaría, algo que aún no sabemos a ciencia cierta que provocaría, aunque se especula con cambios climáticos bruscos, cambio de las estaciones e incluso terremotos, tsunamis y erupciones.

Sin embargo, lo más peligroso de una posible mancha solar de ese calibre, son las partículas cargadas que mandaría a la Tierra y que destrozarían nuestra más preciada barrera contra el Sol, la capa de ozono, sin la cual la vida en la Tierra es prácticamente imposible. Morirían las plantas, luego los animales salvajes y por último, todo ser que se expusiera al Sol abrasador sin la protección del ozono.

Sin embargo lo único que podemos hacer es esperar a que el peligro pase y a que la mancha continúe su rotación fuera del alcance de la Tierra sin lanzar ninguna llamarada demasiado intensa. Eso le hace pensar a uno lo insignificantes que somos para el universo.

Fuente | ABC

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